miércoles, 13 de julio de 2011

El cartucho recuerdo de un olvido.

La Calle del Cartucho o el Cartucho es el nombre dado al antiguo barrio de Santa Inés. Esta localizado en la ciudad de Bogotá, en Colombia. Pertenecía a la localidad de Santa Fe. Su nombre proviene de la flor del cartucho que estaban en los jardines de las casas del Barrio Santa Inés. Después del Bogotazo, el barrio de Santa Inés experimentó un serio deterioro dado a que los habitantes que lo habitaban se trasladaron a los nuevos barrios del norte de la ciudad y en su lugar se pobló de desplazados por la violencia y gentes que buscaban oportunidades para vivir.
En 1960, la instalación de un centro comercial popular en San Victorino, especializa a este sector en el comercio informal. En esta época en El Cartucho se inicia la venta y luego el consumo de droga, actividades que marcan el comienzo de una etapa de re poblamiento del lugar en que se profundiza la fragmentación y el aislamiento del sector. Por las mismas causas, en la década de los setenta y ochenta aumenta progresivamente el deterioro de la zona. En 1980 El Cartucho es declarado zona de conservación arquitectónica, razón por la cual se lleva a cabo un intento de recuperación del lugar, que provocó el abandono de comerciantes y propietarios, facilitando el incremento de la venta de droga.

El Cartucho se convierte en refugio de pequeños capos provenientes de Medellín –a raíz de la muerte de Pablo Escobar en 1993– y de la población desalojada del Bronx –un lugar de consumo ubicado al occidente en Bogotá–, lo que originó enfrentamientos por el control territorial del lugar. La conjugación de elementos como el mercado de la droga, el control ejercido por los pequeños capos sobre la población, la debilidad o inexistencia de tejido social y los diferentes tipos de violencia hacen más deplorables las condiciones de vida y agudizan allí la exclusión social.
Llegada la década de 1980 el barrio empezó a ser invadido paulatinamente por traficantes de droga (conocidos como jibaros), indigentes, prostitutas y delincuentes lo que lo convirtió en uno de los barrios mas peligrosos donde se practicaban asesinatos, trafico de drogas, mutilaciones y otros crímenes que pasaban desapercibidos ante todas la ciudadanía y donde la policía rara vez entraba y las casas y bodegas debido a su gran descuido fueron deteriorándose ya mediados de la década de 1990 la zona era impenetrable e irrecuperable. El Cartucho se convirtió en un tenebroso mito urbano de la capital. Como Barrio Triste en Medellín o la ‘antesala del infierno’ en Cúcuta, numerosas leyendas e historias se tejieron alrededor de la vida en esa calle. Lo cierto es que, además de la actividad delincuencial, la zona de El Cartucho cobijaba a unas 10.000 personas entre residentes, habitantes de la calle y empleados de los negocios. En lo que a partir de junio será el parque Tercer Milenio no sólo trabajaban los tradicionales recicla dores y sus bodegas, también convivían papeleros, repuesteros, vivanderas, impresores de artes gráficas, ropavejeros, cachivacheros y herramienteros. Trescientos sesenta pasos separan la Casa de Nariño, sede del Presidente de Colombia, de la entrada oriental de la calle de El Cartucho, un conjunto de cuadras sinónimo de degradación, delincuencia y violencia. Por más de 40 años este sector del barrio Santa Inés ha estado en la mira de los urbanistas para su recuperación y rehabilitación. Sin embargo, sólo hasta la administración de Enrique Peñalosa, el gobierno distrital creó la empresa de Renovación Urbana para desarrollar el proyecto que acabaría con El Cartucho: el parque Tercer Milenio.
Con la llegada de Jaime Castro, Antanas Mockus y Enrique Peñalosa se decidió recuperar esta junto con otras zonas de Bogotá y este ultimo logró el objetivo; con la enorme crisis de inseguridad que se propiciaba y por lo que se decidió demoler todo el barrio para construir en su lugar el Parque Tercer Milenio, sacar de la vida infrahumana a sus habitantes y darle un nuevo rostro a la ciudad.1 A pesar de los disturbios generados por la demolición y la no reubicación de sus habitantes, el Parque se inauguró en el año 2000.

martes, 12 de julio de 2011

"Es dulce y decoroso morir por la patria"



No fue sino en 1850 que se planteó por primera vez levantar un monumento en la Huerta de Jaime. En ese entonces la Provincia de Bogotá, por medio de su Cámara de Diputados, expidió el 23 de octubre la ordenanza 112, “sobre honores á la memoria de los mártires de la Independencia”. Considerando que la Huerta de Jaime había sido uno de los escenarios donde se había efectuado la represión del “Régimen del Terror”, se declaró que de ahora en adelante la plaza dejaría de ser “de Jaime”, para ser la “Plaza de los Mártires”. El artículo segundo de la ordenanza especificaba cómo debía ser el monumento:

“En el centro de la Plaza de los Mártires se levantará una modesta columna de piedra de sillería, en la cual se inscribirán los nombres de los Próceres de consagración pública que allí murieron sacrificados por su amor á la Independencia de América, y á continuación la siguiente inscripción:
La Provincia de Bogotá honra su Memoria”

Sin embargo, esta ordenanza no se cumplió, y no fue sino hasta inicios de la década de 1870 que el proyecto del monumento volvió a ser de interés. Establecida ya que la fecha de la Independencia Nacional sería el 20 de julio, la Municipalidad de Bogotá promovió un acuerdo donde se autorizaba a la Comisión del Aniversario Nacional para la construcción del obelisco. Fue precisamente el 20 de julio de 1872 que el presidente de la República Manuel Murillo Toro colocó la primera piedra, en medio una procesión solemne que partió de la Plaza de Bolívar y que incluía cuerpos militares, música, la presencia de funcionarios públicos y eclesiásticos, junto con una gran concurrencia de todas las clases sociales.

A inicios de 1880 el monumento estaba concluido, y el 4 de marzo de ese año fue inaugurado solemnemente por el presidente Julián Trujillo, mientras se entonaba “un himno cantado por mil niños de uno y otro sexo de las escuelas oficiales y para el cual se inspiró el profesor Sindici”. Recordemos que fue Sindici el que le dio letra a nuestro himno nacional.

El monumento original consistía en un obelisco compuesto de una aguja de 17 metros de alto que descansaba en un “dado” labrado. El conjunto estaba apoyado en una base amplia de piedra, que inicialmente también servía de base para 4 esculturas alegóricas de 2 metros cada una, ubicadas en los ángulos del monumento, y que representaban a la Libertad, la Gloria, la Paz y la Justicia. Al mismo tiempo, se grabaron en placas de mármol los nombres de los principales mártires que murieron entre 1816 y 1819 –aunque no todos los nombrados fueron fusilados en la Huerta-, colocando en espacios de honor los nombres de Policarpa Salavarrieta, Camilo Torres, Francisco José de Caldas y Antonio Baraya. También se ubicó en uno de los lados de la aguja la siguiente frase del poeta romano Horacio: “Dulce et decorum est pro Patria mori”, que significa “Dulce y honroso es morir por la Patria”.

Según José Caicedo Rojas, uno de los primeros en publicar una reseña del monumento en la revista de entonces llamada “El Repertorio Colombiano”, el artista que elaboró el monumento era un italiano de apellido Lambardi. En la misma reseña Caicedo Rojas resalta dos cosas: la concurrencia “desde los hombres de alta posición, desde los prelados y extranjeros, hasta el artesano y el estudiante”, que visitaban el entonces tercer monumento público existente en Bogotá –los otros dos eran las estatuas de Bolívar y Santander-; y el atractivo que ejercía “en un ámbito tan espacioso como el de la plaza de los Mártires, que no está formada ó rodeada por grandes y altos edificios, y que se halla situada en las afueras de la ciudad con vista al amplio horizonte de la sabana”.

También le parecieron muy acertadas las estatuas, que consideraba “bellas, no sólo por su estructura y corrección (…) sino también por la gracia en las actitudes y expresión y vida que el artista ha sabido darles felizmente”. El monumento permaneció hasta inicios del siglo XX, cuando se terminaron las obras de ornato y algunos jardines, y al conjunto espacial se agregó la Iglesia del Voto Nacional, edificada como un símbolo de paz y de concordia entre los colombianos después de la última guerra civil. Así, el pasado, trágico pero glorioso, representado en el monumento a los mártires de la Independencia, se unía con el voto de unión que buscaba la paz de los colombianos a partir de la consagración al Sagrado Corazón de Jesús. El sacrificio por la Libertad, la Gloria, la Justicia y la Paz, debía dar de una vez por todas, los frutos de la unión entre todos los colombianos.

El crecimiento de la ciudad hacia el occidente favoreció la conservación del monumento, aunque éste sufrió modificaciones. Para 1938, cuando la capital conmemoraba sus 400 años de fundación se señalaba que las estatuas alegóricas habían sido removidas y trasladadas al entonces pueblo de Bosa, “y en su reemplazo se colocaron cuatro candelabros de piedra, con figuras de animales y de tamaño desproporcionado”. Después tales candelabros también se desmontaron.

La posterior transformación de la ciudad afectó al monumento. El detrimento de las condiciones del lugar y los problemas sociales que aquejan a la localidad en general hicieron cierta mella en el monumento en particular, que se veía descuidado, sucio, poco atractivo a la vista. Tanto es así, que aún hoy en las guías turísticas de Bogotá no se recomiendan como lugares para ver ni el Monumento de los Mártires ni la Iglesia del Voto Nacional, que representan momentos importantes de nuestra vida republicana. Se espera que la restauración llevada a cabo durante este año por parte de la Alcaldía Local y el Ministerio de Cultura, e inaugurada solemnemente en diciembre de 2008, pueda darle un respiro de solemnidad, pero al mismo tiempo de familiaridad al espacio. Así que tengamos en cuenta una vez más, lo que dijo Caicedo Rojas en 1880, quien esperaba “que el nuevo y costoso monumento no venga á ser un inri de nuestra desidia y abandono”.

EL VOTO POR LA PAZ Y EL AMOR

La Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, también conocida como Iglesia del Voto Nacional es una basílica menor de culto católico romano situada en Bogotá, consagrada bajo la advocación del Sagrado Corazón de Jesús. La basílica es un santuario de peregrinación que hace parte de la Arquidiócesis de Bogotá. Se encuentra en el barrio del Voto Nacional, en la localidad de Los Mártires. Su diseño estuvo a cargo del arquitecto Julián Lombana Herrera. Se encuentra en el número 10-63 de la carrera 15, entre las calles 10 y 11, en el céntrico sector de Los Mártires. Al frente se encuentra la avenida Caracas y a la estación Avenida Jiménez del sistema de transporte Transmilenio. El estado de conservación de su interior es malo.


Durante el siglo XIX, el territorio colombiano fue escenario de múltiples guerras civiles en todos los departamentos que constituyeron los Estados Unidos de Colombia.
El poder central entra en conflicto con los diferentes poderes regionales, el partido en el poder excluye a la oposición y la inestabilidad en la economía y el sistema educativo dan origen a una situación de tensión y conflicto donde nadie cede y la única manera de dirimir las diferencias es empuñando un arma e imprimiendo una constitución.
La guerra de los Mil Días es parte de una historia fratricida que aún no termina. Aunque esta guerra perjudica y es protagonizada por los segmentos menos favorecidos de la sociedad, se gesta desde un campo político e ideológico bipartidista.
La iglesia del Voto Nacional, construida en la segunda década del siglo XX, es la materialización de un voto hecho por la nación al Sagrado Corazón de Jesús en un momento crítico de la historia nacional. En el año de 1902 el arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, publica una pastoral con la intención de concienciar al pueblo acerca de los devastadores efectos de la guerra, y enfatizar en la necesidad de conseguir la paz. En respuesta, el gobierno nacional a cargo de José Manuel Marroquín, mediante el decreto 820 de 1902, apoya la construcción del templo argumentando que es deber de la nación hacer todo lo posible por lograr la reconciliación. Así pues, el objetivo de levantar este templo es encomendar el país a Dios y restaurar la paz y el orden quebrantado, a la vez que permanezca como testimonio en el futuro de un episodio lamentable de la historia colombiana.
La iglesia se emplaza donde se había comenzado la construcción de la Ermita al Sagrado Corazón, en un terreno de 20 por 57 metros donado por Rosa Calvo quien además contribuye con mil pesos para su construcción.
Esta Ermita no fue concluida precisamente por la guerra que se venia gestando durante todo el siglo XIX y que estalla el 20 de octubre de 1899.
Su construcción finalizó en 1927, después de 20 años de trabajo; es un Templo Moderno, construido en estilo Greco Romano casi perfecto. El templo está dispuesto en tres naves definidas por columnas y arcadas. La Fachada principal, es simétrica, de tres cuerpos y cinco calles, con columnas adosadas y vanos rematados en arcos de Medio Punto. En el presbiterio se encuentra ubicada la escultura del Sagrado Corazón sobre él se localiza una Gran Cúpula en cristal de colores con linternas estilo greco-romano, la cual ha sido cubierta con material impermeable, que oculta su transparencia. La fachada está labrada totalmente en piedra y la nave central presenta, a lo largo de la bóveda una notable serie de pinturas al fresco del pintor bogotano Ricardo Acevedo Bernal.

El nombre de la basílica se debe a la consagración que se hizo del país al Sagrado Corazón de Jesús para pedirle el don de la paz, luego de la guerra de los Mil Días. Su monumental altar mayor deja ver una marcada influencia republicana.
El parque del Voto Nacional representa un lugar emblemático no sólo para la ciudad sino para el país, porque allí murieron próceres de la patria, como Policarpa Salavarrieta (La Pola).
La Conocida Plaza de Los Mártires, se llamaba "Huerta de Jaime", ya que los terrenos fueron de propiedad de don Juan Alonso. La Huerta se conocía en la época de la Colonia como un lugar de recreación plantado de frutales, donde acudía los muchachos y niños de la Ciudad a volar cometas, a cazar y a disfrutar de las cerezas, manzanas y duraznos de huerto, a extramuros de la cuidad hacia el Occidente y a cuyas inmediaciones comenzaban los predios de las viejas haciendas de la Sabana.

La primera piedra del Voto Nacional se colocó en junio de 1902 y la paz entre los colombianos se firmó en noviembre, dando fin a la guerra que desde hacía tres años cubría de sangre todos los rincones del país. La consagración definitiva del Voto Nacional se efectuó en junio de 1927, y en su carácter de iglesia votiva por la paz, se la honró con el título de Basílica Menor o Plaza de la Huerta de Jaimes se llamó, desde 1688, la zona ubicada al norte de la estancia del mismo nombre. En esta Plaza fueron fusilados en la Época del Terror varios de los patriotas que oponían resistencia al régimen pacificador.
En su homenaje, y por ordenanza de la Cámara Provincial de Bogotá, en 1850, el nombre se cambió por el de Parque de los Mártires y se mandó erigir un obelisco, el cual sólo fue construido en 1880, en las postrimerías de la administración del general Julián Trujillo.

sábado, 9 de julio de 2011

Las Cruces Bogotá

El sector de Las Cruces se empezó a desarrollar en la colonia. Originalmente estaba habitado por indígenas y criollos pobres que trabajaban en los chircales. La iglesia Nuestra Señora de Las Cruces fue edificada en 1655 y destruida por el terremoto de 1827.La iglesia que actualmente se conoce, se edificó en la última década del siglo XIX, periodo dentro del cual también se construye frente a ella el parque Las Cruces. Debido a la demanda de espacios para vivir, de habitantes bogotanos de escasos recursos, la arquitectura del barrio sufrió durante los siglos XIX y XX, un proceso de subdivisión masiva que hoy perdura y que se manifiesta en una gran presencia de inquilinatos.
El Parque de Las Cruces (Cr 4 Nº 00-45, localidad de Santa Fe): Este parque es un símbolo del renacer de un sector deprimido de la ciudad, pues fue construido en un lote que en el pasado era sitio de encuentro de delincuentes y pandilleros. Ahora es un 'fortín' del deporte y la recreación.
Desde su creación, en 1997, fue punto clave para el inicio del proceso de recuperación arquitectónico y social del barrio Las Cruces. Cuenta c
on un coliseo cubierto, juegos infantiles, pista de trote, canchas de minifútbol, voleibol, baloncesto.
Cuenta con una gran presencia comercial, manifestada en restaurantes, cafeterías, tiendas, supermercados, sastrerías y calzado. También se encuentran lugares de fabricación y venta de artesanías, imágenes religiosas, trofeos y platería. El desempleo que ronda el 60%, se manifiesta principalmente en jóvenes y adultos mayores de 50 años.
Los principales sitios de interés son: La Parroquia de Nuestra Señora de Las Cruces, La Casa del Tranvía, La Casa donde nació Jorge Eliécer Gaitán, el Convento Sagrada Familia, La Sede Emaús, el Edificio Antiguo Colegio del Rosario, La Sede Corporación Dios es Amor, la Fuente de Agua en el Centro del parque principal.




Los principales problemas o necesidades son el Gran deterioro urbano, El barrio se ve desgastado y poco sano, la Falta de acercamiento de las entidades distritales, Demasiados inquilinatos, los Adolescentes se convierten frecuentemente en padres de Familia, la Falta de fuentes de trabajo, la Estigmatización del barrio arruina oportunidades laborales, la Violencia intrafamiliar, las Lesiones personales, la Inasistencia alimentaria, las Chatarrerías que deterioran el ambiente, los Edificios y obras inconclusas abandonados, las Muchas mujeres que abandonan a sus hijos, bajo el efecto de Alcohol y drogas. La actual Plaza de Las Cruces surgió de un pequeño mercado que se llevaba a cabo los jueves, en una parte del espacio que hoy ocupa la plaza. En él se vendían productos traídos de los pueblos situados al oriente de la ciudad y cada año se celebraban ferias comerciales. A partir de la segunda mitad del siglo XIX empezaron a ubicarse dentro del barrio y principalmente alrededor de la plaza y el parque, pequeños negocios o talleres artesanales. Estos lugares suplían las necesidades básicas de los habitantes del sector: sastres, zapateros, carpinteros, latoneros, tapiceros, ebanistas y peluqueros. Esta construida en la Casa Ullen. El mercado se hacía antes de 1927 en el corazón de la Plaza de las Cruces. En Marzo de 1928 la Firma Ullen & Co. hace su entrega.


Las Cruces era un centro muy importante para las actividades económicas y políticas, ahora el deterioro de la plaza sirve como prueba de estos intereses en algún pasado. A lo largo del camino las personas se encuentran con un interminable crucero de calles, y la decadencia es evidente, pero el pueblo y sus alrededores, parecen llevar a lo largo de su historia con ellos. Las plaza de mercado es actualmente una de las principales entradas económicas del barrio, aunque indiscutiblemente se ve opacada por su reputación y poca seguridad con la que lo reconocen los capitalinos.

Al parecer, los habitantes aún conservan las imágenes del líder del pasado político, Jorge Eliécer Gaitán, como una forma de honrar la memoria de un hijo de los más influyentes de la vecindad en la historia de Colombia. Ha existido un montón de palabras escritas por él, el dicho es que él nació en Las Cruces en 1898. Él era un doctor en leyes y ciencias políticas y fue el jefe de la "liberal" de los partidos políticos, que ocupan importantes figuras en el gobierno colombiano, incluyendo-entre otros-el alcalde de la ciudad y ministro de Educación. Le dio un importante apoyo a las clases socioeconómicas bajas, ganando gran popularidad entre ellos. Después de postular a sí mismo a la presidencia del país, Gaitán fue asesinado en 1948, acontecimiento que provocó probablemente la mayor reacción popular en la historia de Colombia, el Bogotazo.

Después de su asesinato, Las Cruces ha sufrido grandes transformaciones, el barrio se vio afectado por la depresión económica, y algunos dicen que una parte importante de su caída fue la prohibición de la tradicional bebida inca, "chicha", que fue una fuente de ingresos importantes. Ahora, algunos rincones revelan pequeños secretos de la gente que vivió en carne propia la violencia entre los partidos políticos, la muerte de Gaitán y la degeneración de "Los Barrios" de Colombia.

FUENTE PARQUE BARRIO LAS CRUCES DE BOGOTA
Esta situada en el centro del parque de las cruces, carrera séptima con calle segunda junto al iglesia de las cruces, su base es un estanque grande octagonal con una columna en donde hay un estanque hondo y circular de donde nace otra columna y otro estanque hondo y circular mas pequeño que el anterior en donde esta un garza parada con sus alas abiertas mirando hacia atrás.

Es una obra muy bonita pero esta muy abandonada que en su tiempo debió haber sido una obra muy lujosa con su función completa de botar agua de la garza para convertirse hoy en día en un botadero de basuras.

Se dice que antiguamente las personas hacían fila para recoger agua para subsistir y que hace más de 60 años esa fuente había sido una donación de la embajada y el gobierno francés, que salía agua del ave y chorros por todo lado llenando cada espacio hasta abajo.

Que esta fuente antiguamente era de piedra y con el tiempo fue modificada y pintada pero que esta es una copia ya que la original tenia enchapes en cobre pero la gente trataba de robárselos, mas o menos hace 15 años la fuente dejo de funcionar y tenia otras partes que le fueron quitando con el tiempo.

Según el pensamiento de algunos habitantes del barrio este es uno de los objetos que caracterizaba el barrio ya que es uno de los pocos barrios que tiene esa apariencia de pueblo con su plazoleta y su escultura en la mitad perteneciente solo a este.